Marie-Sophie
Germain (1 de abril de 1776 - 27 de junio de 1831)
Fue una
matemática, física y filósofa francesa, una de las pioneras de la teoría de
elasticidad e hizo importantes contribuciones a la teoría de números; uno de
sus trabajos más importantes fue el estudio de los que posteriormente fueron
conocidos como números primos de Sophie Germain (números primos cuyo doble
incrementado en una unidad es también un número primo).
Sus primeros
trabajos en teoría de números los conocemos a través de su correspondencia con
C. F. Gauss, con el que mantenía oculta su identidad bajo el pseudónimo de
Monsieur Le Blanc. El teorema que lleva su nombre fue el resultado más
importante, desde 1753 hasta 1840, para demostrar el último teorema de Fermat,
además permitió demostrar la conjetura para n igual a 5. Posteriormente sus
investigaciones se orientaron a la teoría de la elasticidad y, en 1816,
consiguió el Premio Extraordinario de las Ciencias Matemáticas que la Academia
de Ciencias de París otorgaba al mejor estudio que explicara mediante una teoría
matemática el comportamiento de las superficies elásticas, y publicó varios
libros sobre este tema. En los últimos años de su corta vida, además de dos
trabajos matemáticos, uno sobre la curvatura de superficies y otro sobre teoría
de números, escribió un ensayo sobre filosofía de la ciencia, que Auguste Comte
citó y elogió en su obra.
La historia
de Sophie es la de una matemática brillante que no pudo lograr su pleno
desarrollo porque en sus años de formación no pudo acceder a una educación
matemática formal, y en su madurez tuvo que trabajar en solitario porque una
jerarquía científica, totalmente masculina, la excluía. Tener una formación
autodidacta, anárquica y con lagunas le perjudicará toda su vida. Su
aislamiento no fue tan evidente cuando trabajaba en teoría de números, pero
cuando comenzó a trabajar en física matemática no tuvo, en un primer momento,
los últimos conocimientos matemáticos que entonces se estaban utilizando y que
requerían un trabajo cada vez menos solitario y ligado a la comunidad
científica. Aunque su obra merecía el reconocimiento académico, nunca recibió
título alguno. Una calle de París y un Liceo llevan su nombre, y una placa, en
la casa donde murió, (el número 13 de la rue de Savoie) la recuerda como
matemática y filósofa. Actualmente, el Instituto de Francia, a propuesta de la
Academia de Ciencias, concede anualmente “Le prix Sophie Germain” al
investigador que haya realizado el trabajo más importante en Matemáticas, pero
todo este reconocimiento es póstumo, ya que incluso en su certificado de
defunción lo que figura como profesión es rentista y no matemática.
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